viernes, 3 de octubre de 2014

I Carrera de la Semana Naval 28 septiembre 2014

¡¡¡Así, sí!!. No éramos ni 600 para subir y bajar la Castellana. Y nosotros ESTÁBAMOS TODOS. La primera de la temporada y full-equipe. 


















Había metido muchos kilómetros, lentos, en verano y la Media Maratón de Valladolid de mitad del pasado septiembre me había dejado tocado: metatarsalgia considerable en pie derecho, que calentando e ibuprofenado iba a ver si se dejaba llevar. Desde la cita pinciana había corrido poco y esta carrera iba a ser rápida. Contaba con el hecho de haber dejado en las orillas de los caminos y aceras, junto con algo de de goma de mis zapatillas, 4 kilos desde principio de año. Mis 7350 gramos me hacían ir convencido en que se podía acabar under 45' y seguir "un año triunfal".




La Castellana es un recorrido que te permite controlar los tiempos de paso en cada kilómetro. Subes 5 y bajas otros 5. Hice el cálculo y recordé otras carreras similares en la Castellana. Llegando en 22'30" al km 5 luego solo queda volver por debajo de 4'30"/km. No lo hice, nunca lo he hecho, en realidad. Las 3 veces que he zapateado este trayecto he subido en unos 23'30" y luego he enjugado esos 50" y más para lograr romper la frontera de los tres cuartos de hora. Y eso hice. Subí en 23'20" y descendí en 20'50. Con un primer km tras "coronar", el km.6, en 4'01"; para acabar en meta 44'10". Los últimos 5000 metros los realicé junto a un tipo que me pasó en el K.5 y al cual alcancé en el rapidísimo k.6. Codo con codo, misma zancada y misma respiración. Martillo pilón, zancada corta, respiración controlada, disfrutando "muy-mucho".
Se me ponen los pelos como escarpias al rememorarlo. Llevaba meses sin correr así de rápido, ni los últimos kilómetros de los entrenos: Al haber estado preparando la media de Valladolid y no ser amigo de las series, mi rango había estado entre los 4'50 y los 5'15".







Y acabamos todos satisfechos creo. En el fondo, haber terminado 20" por delante de Primo Marcos (que en la de Norte Sur me sacó un minuto 41'50 por 42'56" míos) me hizo ilusión. Gerar estaba probándose tras 3 meses y pico de parón, Primo Jaime bajó de 46'...Silvia acabó la carrera, que la muy bruta llevaba 4 meses sin correr y se cascó un 10k, pero a diferencia de Gerar que hizo como 8 minutos más de lo que suele, esta acabó en sus tiempos. (lo cual quiere decir que un entreno medianamente constante baja de la hora con la gorra).




Cris y Ana París tuvieron anécdota graciosa pues la segunda le hizo la maniobra sacristaní a la capitana. Ana, que también iba fina de peso como yo, iba mejor aunque el piramidal le había estado dando la lata. Y salió a toda leche (palabras textuales de Cris) pero en un momento dado de la carrera le tocó caminar....Pero se recuperó, y cuando se disponía Cris a terminar una gran carrera en la misma línea de meta un ciclón esprintando a toda pastilla la adelantó. La adelantada decía que claro que si la hubiera visto venir hubiera esprintado también. Pero es que esa es la maniobra sacristaní. Sibilinamente acercarte a tu presa y sin que se lo espere ys in dejar tiempo de reacción: ¡ZASCA!

Y todo lo demás fue continuar el deleite:





Cuarto tiempo...y quinto y nos dieron las 10 y las 11.....

miércoles, 1 de octubre de 2014

La Maratón de Nueva York. Una obra de teatro.

Pues algo de actuación tiene esto de correr. Y de preparación previa, mental y física; y de ensayo y de repetición y de sufrimiento. Y a veces llueve en el camino... y otras te aplauden, a veces actúas solo y otras te vienen a ver...


Roberto y Mario quedan dos días por semana para entrenar. Su objetivo es ambicioso: correr la maratón de Nueva York.

Roberto está dispuesto a hacer lo que sea necesario para correrla. Mario a veces ni siquiera se acuerda de la maratón.

Pero Roberto y Mario quedan dos días por semana para entrenar. Y mientras corren, hablan de lo que ha pasado desde el último día que se vieron, de lo que opinan acerca de una u otra cosa, de las chicas, del tiempo… en fin, la vida misma. Dos amigos cualquiera en una situación cualquiera.

Pero Roberto quiere correr la maratón. Mario a veces ni se acuerda.

Y mientras hablan, Roberto intenta correr lo más rápido que puede, y Mario prefiere no ir tan deprisa. Y claro, también discuten, y se molestan, y se enfadan…

Roberto quiere correr. Mario no tanto.

Dos amigos cualquiera. En fin, la vida.



En octubre estará en La pensión de las pulgas:

DOMINGOS 18h – 15€
*FUNCIONES EXTRAS: 
  JUEVES 9 y VIERNES 10 – 20:30
  SÁBADO 11 – 19h

¡AL TEATRO¡