Esta sí que ha sido una San Silvestre diferente. ¡¡¡En el agua!!! Planazo para un martes 22 de diciembre.
Buena organización y más avituallamiento y atenciones, con trofeo conmemorativo incluido, que en muchas pruebas y mucho, a poco, más caras. Esta era gratuita y solo te pedían llevar un kilo de alimentos no perecederos. Ha sido la primera vez que me he dicho, en vez de un kilo de arroz vas a llevar algo que te gustaría comer a ti: y me hice con 2 cajas de galletas de Gullón Tropical bien ricas.
Volví a casa, desde Valdemoro, a 100/110 kms hora, piano piano, feliz y relajado tras una competición por relevos en piscina corta maravillosa y divertida. 16 equipos de 6 personas, en nuestro caso de lo mejor lo óptimo, para realizar 60x100 metros.
Por el FST dos equipos:
- Equipo 1: Buti, Juanjo, Dave, Jon, Ivan y Javi (4º)
- Equipo 2: Enric, Paloma, Olga, Elmenda, MAuro y Ramón (10º)
Conduje constante: como nadé. Me pasaban coches a toda velocidad y yo a mi ritmo, como cada uno de los cienes, todos entre 1'26" y 1'33". Con una sonrisa enorme, el musicón de Rock FM en la madrugada y el regusto de las dos cervecillas, el pulpo ese delicioso del tercer tiempo en La Buha y las risas y el ambiente que se crea cada vez que nos juntamos los del Fitness Sports Triatlón.
Cada uno teníamos por delante 10x100 metros (4 largos) en una angosta calle compartida, descansando lo que tardaran nuestros otros 5 compañeros en realizar su hectómetro. Y los hicimos, y nos cansamos y nos los pasamos teta.
En mi caso, esta cita tenía cierto toque vamos a decir reivindicativo. Era la vuelta a la piscina oficial tras dejar de asistir a los entrenos en julio por lesión. Me pareció una manera de regresar por la puerta grande y tratar de devolverme algo que me debía a mi mismo tras no acudir a las pruebas de Cadaqués y Benidorm.
Mi relación con el agua es muy especial, ella lo sabe y yo lo se. Seguro que exageraba yo algo antes de empezar a chapotear al comentar a modo de chascarrillo que tras la prueba, con las 10 zambullidas de los relevos, serían 20 las veces que me habría tirado de cabeza en mi vida; seguro. Pero tampoco habrán sido muchas más. ..
Prueba de mi impericia fueron mis entradas en el agua, alguna definida tal que así: "parecía como cuando tiras una piedra planita a un río buscando que rebote cuantas más veces mejor"......Joder, me he reído mogollón. De mi mismo y cuando uno es capaz de eso, puede con todo.
Agradezco a Juanjo [joder macho, te cuelas en todos mis posts ultimamente ;) ] que me dijera que me veía sacar bien los hombros y que la entrada de mis brazos siguen intentando cruzarse en vez de entrar en el agua allende la anchura de mis hombros. A ver si vuelvo a clase a darle un poco bastante a la técnica.
Unas cuantas instantáneas relativas a nuestros tiempos:
Aquí el equipo 1 ávido de ver números y cuán lejos de la tercera posición habían quedado:
La tecnología punta de la reserva personal del que suscribe que Judith manejó con la precisión de un tirador olímpico florete en mano.
Y los tiempazos y algún parcial del Equipo II que increiblemente Judith consiguió anotar sentada en una silla situada detrás de la plataforma de salto de la calle 5, recibiendo agua con nuestras inmersiones, venga a salpicar.
Y el mencionado lugar donde aconteció el tercer y ansiado tiempo:Nos faltó Palomix, Mauro y Ramón, pero estaban en espíritu...vamos que les criticamos y eso por no venir, vaya.
Nota sobre los tiradores/espadachines: Se dice que han de sujetar el arma como si tuvieran un pajarillo entre los dedos; asiéndolo con cierta delicadeza y sin estrujarlo ya que moriría, pero tampoco tan flojo como para que el ave se escape.