domingo, 19 de enero de 2014

La euforia del corredor.

Ahora que estoy buscando el momento, los medios y que se den las circunstancias necesarias para pasar de ser un proyecto de triatleta/triatleta tapado en su sombra, a ser un mediocre triatleta, pero triatleta, me llega un bonito comentario de una amiga.

Me ha dicho esta persona querida, leyendo sobre la euforia del corredor y la anandamida, que ahora entiende mis preguntas lanzadas al viento rogando que alguien me dijera cómo se dejaba de correr, en este pasado reciente en el que parecía que mis días de correcaminos estaban contados y yo no veía cómo desengancharme.

Y es que es complicado de explicar a los profanos, incluso a los que sólo corren por estética, porque está de moda, o como parte de un entrenamiento de otra cosa...(mestá dando, me vengo para arriba y me crezco solo de rememorarlo...)

«Cuando la sientes todo se vuelve más intenso», afirma Lieberman.
 «Los colores se vuelven más fuertes y tienes mayor capacidad de percepción».


Pero es cierto, en pleno subidón todo se siente más vívido. Huxley o los propios The Doors en otro tipo de éxtasis, experimentaron este efecto "the doors of perception are open" y uno, digamos, percibe más. Más y mejor. 
Es un atracón de optimismo desaforado que a veces raya en un selfie continuo y ya no hay más héroes que uno mismo. Tras el entreno-carrera, uno tiene la impresión de que un maratón va a ser un paseo y que porque uno no nacío etíope, si no, ni Abelesatones ni Cachos ni Bikilas ni leches.




Si Escohotado se hubiera puesto a correr, no habría Historia General de las Drogas, o al menos le habría dedicado un buen capítulo a este doping natural.

En serio, es brutal. Luego se pasa el subidón-subidón y todo vuelve a la normalidad, los dolores a las articulaciones y los casi 38 años a todos mis poros y venas.

Ahora que está de moda lo BIO...!!!Animarsusss a correr!!! 





No hay comentarios:

Publicar un comentario